Lo que antes duraba diez años, ahora dura tan solo uno. Y esto teniendo en cuenta que la tecnología ha evolucionado a unos niveles que nos permitirían tener móviles y electrodomésticos para toda la vida. Por supuesto esto no sale a cuenta a las marcas, ya que dejaríamos de comprar los productos: no fallarían y no necesitaríamos uno nuevo.
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